Aunque no lo quieras admitir, sabes que el primer borrador de tu discurso nunca es el bueno. Pero hace falta tenerlo.
Descubre un método bien sencillo, en 7 pasos, para decidir lo que se queda, lo que se va, lo que se reubica y lo que se transforma. Convertirlo en su mejor versión es fácil y el retorno sabes que no tiene precio.